La Semana Santa en Roma es muy distinta de la que conocemos en España, y más diferente aún de aquellas ciudades donde salen las hermandades a procesionar.
En Roma la Semana Santa tan sólo se celebra en las iglesias, salvo los via crucis. Comienza con la misa del Domingo de Ramos, en las que se entrega las ramitas de olivo, y con la procesión de Palmas en el Vaticano, y continúa como una semana normla hasta el jueves y viernes santo cuando se realizan el lavatorio de pies, también en el Vaticano, y las vigilias, en todas las iglesias, hasta el Domingo de Resurrección.
Un momento importante en la ciudad es el Via Crucis del viernes santo presidido por el Papa. Éste comienza en el Coliseo y recorre las 14 estaciones cambiando la cruz de manos hasta llegar a Benedicto XVI ya en el Palatino, todo ello presenciado por cientos de fieles que se agolpaban durante el recorrido alumbrando a la pequeña comitiva con velas.
Santa Maria Maggiore el Domingo de Resurrección. |
El sábado santo es un compás de espera para llegar al Domingo de Resurrección, en el que de nuevo se celebran misas en todas las iglesias, y la famosa bendición Urbi et Orbe del Papa en la Plaza de San Pedro.
Eso sí, ambos domingos todas las iglesias estaban atestadas de fieles que incluso siguen la misa de pie ante la falta de bancos libres.
Podriamos decir que más que la Semana Santa lo que se festeja en Italia es la Pascua. No hemos encontrado ni torrijas ni pestiños por las pastelerías de la ciudad, sin embargo, la celebración de la Pascua no está exenta de dulces, de los cuales hay que destacar los huevos de Pascua, que quizás sean los más conocidos, la paloma pascual y el cordero pascual.
El huevo de Pascua viene de la tradición de pintar los huevos, primero de rojo durante la cuaresma, simbolo de la pasión, y posteriormente, ya el jueves santo, de otros colores. Estos huevos coloreados, que adornan muchos de los escaparates de la ciudad estos días, se han convertido en huevos de chocolate, más o menos envueltos con papeles que lo decoran. Dentro, para los más pequeños, lleva una sorpresa que no se suele saber qué es.
La paloma pascual, según la leyenda, proviene de tiempos de la llegada de San Colombano a Lombardía hacia el 612. Los reyes longobardos le ofrecieron un fastuoso festín con ricas carnes, pero era viernes de cuaresma y tanto el santo como sus acompañantes rechazaron la comida, ofendiendo a la reina Teodolinda. El abad resolvió la situación diciéndole a la reina que comería la carne después de haberla bendecido, pero una vez lo hizo la carne se convirtieron en palomas de pan dulce. En los comienzos del siglo XX, la firma Motta comenzó a hacer popular este pastel en toda Italia.
El cordero pascual es otro dulce con variedad de recteas, aunque el que hemos encontrado más frecuentemente es el de azúcar.
Para finalizar estos festejos, el lunes de Pascua, llamado Pasquetta, y que es el único día de fiesta, los italianos suelen hacer un picnic a algún lugar cercano como Ariccia o Frascati, aunque este año la previsión meteorologica no es muy halagüeña.
Desde Roma, ¡feliz Pascua a todos!