domingo, 31 de julio de 2011

Teselas de Ravenna

Mausoleo de Gala Placidia

Pensar en Ravenna implica, para los amantes del arte, que la imaginación se pueble de teselas doradas, azules y verdes, de rostros frontales de grandes ojos y ricas vestimentas, de galerías de santos, de cenefas florales y geométricas, del cielo estrellado. Ravenna son sus mosaicos, dicen, y se acercan a la realidad. La ciudad puede presumir de custodiar algunos de los ciclos más afortunados de ese lejano y exótico periodo que fue, para los más occidentales, el arte bizantino italiano. Y sin embargo, las vicisitudes de los años, y más aún, de los cambios de gusto estético en periodos de bonanza económica, han supuesto que sólamente uno de esos ciclos haya llegado hasta nuestros días tal y como fue creado. 


Mausoleo de Gala Placidia


El recorrido aquí propuesto comienza con los dos Sant'Apollinare. Tienen la particularidad, estas dos basílicas hermanadas en su historia, de formar, uniéndolas, un ciclo completo de mosaicos. Así, in Classe conserva los de la cabecera, y il Nuovo los de la nave. La fundación de las dos iglesias surgen para custodiar las reliquias del mismo santo local, Sant'Apollinare. En esa época Classe era el puerto de Ravenna (qué lejos queda hoy el mar), y pronto se consideró que su posición tan próxima al Adriático era demasiado arriesgada para esta importante función, por lo que se construyó la nueva basílica dentro de la ciudad y se trasladaron los restos del santo. Las ovejas en un contenido bosque del Buen Pastor de Sant'Apollinare in Classe, presididas por la gran cruz, dan paso a las galerías de santos mártires de Sant'Apollinare il Nuovo, con vistosos Reyes Magos y la Sagrada Familia. Si hay que elegir, prefiero la nueva.  


Iglesia de Sant'Apollinare il Nuovo

La cúpula del Battisterio Neoniano, menos conocido quizás, es otro ejemplo musivario. Al centro, rodeado de santos de fondo azul, el Bautismo de Cristo, donde la personificación del Jordán se convierte en un personaje más. En el Battisterio degli Ariani la misma escena con más protagonismo aún del río hecho hombre, el fondo azul de los santos pasado a oro.

La más sorprendente para mí es San Vitale. Quizás por su planta centrada, su anillo de columnas, su suelo musivario. Es una lástima que una cúpula tan bonita como la que presenta hoy, tan barroca, esté situada en el interior de un templo bizantino, donde más que lucirse como debiera, suscita un sentimiento de pesadumbre, de desear que fuera la original, de imaginar con melancolía cómo serían los mosaicos que contenía. Entonces la vista se dirige, al fin, a la cabecera. El ábside de San Vitale elimina todo pensamiento y suscita la contemplación de la belleza por la belleza, del esplendor y el color puro. No son sólo los dos lienzos de piedra con los emperadores, si no toda escena, todo detalle, las columnas, los frisos, los capiteles, todo brilla y luce, todo está donde debe estar. 


Iglesia de San Vitale

A su lado, un verdadero capricho, el mausoleo de Gala Placidia, un pequeño joyero con su ciclo completo de decoración musivaria. Cuando los ojos se acostumbra a su penumbra la mirada comienza a vislumbrar sus vívidos colores. Preside San Lorenzo, patrón del minúsculo santuario. Arriba, el cielo estrellado de intenso azul y, al girarse hacia la puerta, se distingue un Buen Pastor. Contrasta ese preciosismo con los tres toscos sarcófagos de Gala Placidia, su esposo y su hijo. Parece ser que ella nunca llegó a enterrarse allí, si no que su muerte la sorprendió en Roma, donde fue sepultada. Aún así, su oratorio de San Lorenzo pasó a tener su nombre. 

Ravenna, que es más que sus mosaicos, vive de ellos. No bastándole todos los ya comentados, posee el oratorio de San Andrés dentro del Museo del Duomo; los restos inocentes de la bombardeada iglesia de San Giovanni Evangelista; el TAMO, centro de estudio del mosaico; la Cripta Rasponi; y la Domus del Tappeti di Pietra, museo con el suelo musivario in situ de un edificio bizantino.


Suelo de la Domus dei Tappeti di Pietra

Por supuesto, consciente de las posibilidades turísticas de su patrimonio, Ravenna ofrece varios tipos de combinaciones de billetes, unificando algunos de estos monumentos para conseguir descuentos, una interesante opción para el viajero. Así, Sant'Apollinare in Classe va con el mausoleo de Teodorico y el Museo Nazionale; otro billete conjunto es San Vitale, Gala Placidia, Sant'Apollinare il Nuovo, el Battisterio Neoniano y el Museo del Duomo. El TAMO se unifica con la Domus dei Tappeti di Pietra y la Cripta Rasponi. El Battisterio Ariano, San Giovanni Evangelista y las demás iglesias de la ciudad son gratuitas.