viernes, 5 de agosto de 2011

5 de agosto de 358. El milagro de la nieve

Tal día como hoy, en 358 d.C., hubo una nevada en Roma. Pero no fue una nevada común, si no que fue la que pronosticó el patricio José al Papa. Este patricio romano y su esposa, ante la imposibilidad de tener hijos, rogaron a la Virgen para que les aconsejara cómo invertir sus bienes para que la comunidad cristiana pudiera hacer uso de ellos.

El milagro de la nieve, Bartolomé Esteban Murillo. Museo Nacional de El Prado.

El lugar donde nevó aquel verano es la cima del Esquilino, o lo que es lo mismo, el lugar donde se
yergue la Basília de Santa Maria Maggiore, una de las cuatro Basñilicas Mayores de Roma y visita obligada para los que vienen por primera vez y para los que no.

Da lo mismo si es el primer día o no que se está en Roma, lo cierto es que si estás el 5 de agosto debes pasarte por esta Basílica, y no por el placer estético que producen su arquitectura, sus mosaicos o sus pinturas, si no por la forma en que los romanos rememoran este particular sueño.

Hoy hemos podido asistir a uno de los eventos religiosos con más devoción en la ciudad, y es que en la misa de las 10:00 y en la de las 17:00, una marea de pétalos de rosas blancas caen desde el techo para crear una alfombra blanca delante del altar, algo sublime si además está acompañado por música, coro y personalidades religiosas con sus más altas galas.

Lluvia de pétalos sobre el altar de Santa Maria Maggiore. 05/08/2011