domingo, 14 de agosto de 2011

Visiones de Como


Como era un lugar por el que sentíamos gran curiosidad. Por un lado, el gran lago entre montañas verdes, rozando ya Suiza, surcado por las embarcaciones y algún que otro hidroavión, rodeado de casas con un romántico toque de dejadez. 



Por otro lado, la ciudad de fachadas decoradas con esmero, llena de veladores donde parece que se encuentran todas las personas que faltan en Milán, su centro medieval con la Catedral, el Broletto y, ya a las afueras, la románica iglesia de Sant'Abbondio. 


 La Catedral es una joya medieval comenzada en 1396 en la época de dominio de los Visconti. El paso de los siglos hicieron que el interior se decorara con gusto renacentista y que los artistas que pintaran los cuadros de varios de los retablos no fueran otros que Gaudenzio Ferrari y Bernardino Luini. Aún otro estilo dejaría su huella en la Catedral, el barroco de la cúpula diseñada por Filippo Juvarra. 


Quizás lo que más destaca al viajero cuando llega a la plaza es la contemplación de la fachada gótica, con esa línea triangular tan típica de la Lombardía, decorada con esculturas de los Rodari y ese magnífico rosetón. Y adosada a la Catedral, el Broletto de piedra bicolor.


 
El lago de Como, desde el paseo que bordea la orilla, ofrece unos paisajes dignos de ser fotografiados, y las vistas que se obtienen desde la cima de la loma vecina, si se tiene la suerte de que funcione el funicular, son espectaculares. Con forma de Y invertida, es el lago más profundo de Italia, llegando a los 410 metros, y el tercero más grande. 



La calidad de las fotos podría ser superior y, sobre todo, potenciar más los colores de esa tarde algo nubosa poco antes de la puesta de sol, pero las circunstancias nos han quitado la reflex de las manos y tenemos que contentarnos con la nueva cámara, que hace lo que puede.

Espero que transmitan un poco lo maravilloso del lugar.