lunes, 15 de agosto de 2011

Pinacotecas de Milán

Los tres grandes museos de pintura de Milán son el Museo Poldi Pezzoli, la Pinacoteca Ambrosiana y la Brera. Del Museo Bagatti Valsecchi no podemos hablar porque se toma el mes de agosto de vacaciones. Los precios para un estudiante de Historia del Arte son, respectivamente, seis euros, diez euros y gratuito. Los tres son lugares de referencia para el interesado por el arte y custodian algunas de las pinturas fundamentales de la historia, la diferencia es en qué condiciones las conserva cada uno.

El Museo Poldi Pezzoli muestra la colección privada y ampliada de Gian Giacomo Poldi Pezzoli. Además de pinturas, cuenta con tejidos y tapices, armas y armaduras, bronces y porcelana. Inaugurado en 1881, es una típica casa-museo, o lo era hasta 1943, cuando fue gravemente dañada por una bomba durante la contienda. Al ser restaurada, en 1974, se decidió no reproducir la decoración original historicista, y para recordarla en algunas salas se ha colocado una fotografia previa a la guerra. 

Llanto por Cristo Muerto de Botticelli

 Entre las pinturas que expone, destacan el Llanto por Cristo muerto de Botticelli, los Retratos de Lutero y su esposa de Cranach, San Nicola da Tolentino de Piero della Francesca, la Virgen con Niño y Retrato de hombre de Mantegna, la Imago Pietatis de Giovanni Bellini y el cuadro que se ha convertido en el emblema del museo, el Retrato de dama atribuido a Pollaiolo. 

Retrato de dama atribuido a Pollaiolo

La Pinacoteca Ambrosiana tiene origen en la iniciativa cultural del cardenal Federico Borromeo, en 1618, uniéndola a la Biblioteca y a la Accademia del Disegno. Aunque sea algo más cara, la calidad de sus cuadros hace que valga la pena gastarse un poco más de dinero, porque la Pinacoteca no defrauda. Es difícil elegir qué obras destacan, pues expone joyas como el Músico de Leonardo, la Madonna del Padiglione de Botticelli, la Adoración de los Magos de Tiziano o el cartón de la Escuela de Atenas de Rafael. 

Músico de Leonardo da Vinci

Pero para mí, la más increíble de todas es la Cesta de frutas de Caravaggio. Simplemente, esta pintura deja sin respiración y las palabras desaparecen de la mente durante unos instantes. Resumiendo, me produjo lo que se conoce como el "síndrome de Stendhal". 

Cesta de frutas de Caravaggio

Y de lo sublime pasamos a la crítica que merece el último de estos grandes museos, porque el estado de las pinturas de la Pinacoteca de Brera es, cuanto menos, lamentable para un museo local, más aún cuando se trata de uno de los museos más importantes del mundo. Los cuadros están sucios, tanto que es complicado en algunos de ellos adivinar los colores originales y su calidad técnica. 

El beso de Francesco Hayez

 La gran mayoría de esas pinturas no ha conocido una restauración en muchas décadas, ni siquiera los grandes hitos del arte como el Cristo muerto de Mantegna o el  Descubrimiento del cuerpo de San Marcos de Tintoretto han sido limpiados. Mejor suerte han tenido la Pala Montefeltro de Piero della Francesca, los Desposorios de la Virgen de Rafael y El beso de Hayez. 

Cristo muerto de Mantegna
 
La Pinacoteca, localizada en el convento jesuita de los Humillados de Santa Maria Brera, era un foco cultural importante, compuesto por la biblioteca, la escuela y el observatorio astronómico. Con la supresión de la Compañía en 1772, la emperatriz María Teresa de Austria transformó el edificio en Academia de Bellas Artes, aún existente en la planta baja del edificio. Sobre ella está la Pinacoteca, que aparte de los cuadros ya mencionados, tiene un Caravaggio, la Cena de Emaús, y pinturas de Gentile da Fabriano, Carpaccio, Tiziano, Lotto, Giovanni Bellini, Tintoretto Mantegna, o Veronés. Sólo la enumeración de estos artistas debería suponer un estado de conservación digno de sus obras, algo lejano a la realidad.

Descubrimiento del cuerpo de San Marcos de Tintoretto